Palencia vistas en tres dimensiones:
Tres Provincias, Peña Prieta, Espigüete o Curavacas. Son algunos de los nombres de los ‘dosmiles’ que poblan de belleza y majestuosidad el paisaje de la Montaña Palentina. Un enclave único donde la naturaleza se fusiona con el pasado histórico.
Las mil rutas que comprende la Cordillera Cantábrica en este enclave situado en el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre encierran mitos y leyendas que esperan ser descubiertas por el viajero. Una aventura que cada año atrae a miles de visitantes. Y es que La Montaña Palentina no deja indiferente a nadie. Quien desee conquistar sus cumbres puede encontrar itinerarios de escalada o de senderismo que ofrecen vistas únicas de todo el valle.
Son lugares con encanto apto para todos los públicos, pues ofrece alternativas para los más aventureros, o escapadas familiares y culturales. Entre ellas destaca la Ruta del Románico del Norte Palentino, una de las mayores concentraciones de este tipo de arte del mundo. Construciones religiosas de la Edad Media que se mantienen intactas a pesar del paso de los siglos. Piedra silente que muestra todo su esplendor con obras como la Ermita de Santa Cecilia o el Monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo.
Junto al románico, la Ruta de los Pantanos ofrece un recorrido de 63 kilómetros a los pies de las montañas con espectaculares panorámicas de los pueblos y embalses del entorno.
LECCIÓN DE NATURALEZA E HISTORIA
Quien prefiera un viaje más introspectivo, también podemos sumergirnos hacia el interior de la profundidades de la tierra, visitando la Cueva de los Franceses, en Revilla de Pomar. Un tesoro geológico resultado de la acción del agua a lo largo de los siglos que ha dejado un especulacular paisaje de formaciones estalactíticas a lo largo de un recorrido de 500 metros.
Una lección de ciencias naturales y de historia, pues el lugar sirvió además como enterramiento natural de los soldados galos durante la Guerra de la Independiencia (1808) librada entre las tropas napoleónicas y los húsares cántabros al mando del liberal Perlier que acabó con la victoria española. Hecho que dio origen al nombre que recibe este paraje. Desde el acceso a la galería, situada a 1.173 metros de altitud se puede admirar la impresionante panorámica de los valles de Valdivia y Valdelucio.
La provincia ofrece escenarios ‘de película’ en el sentido más estricto de la palabra. De hecho, en ellos se han grabado numerosos largometrajes, documentales y series de televisión como El mejor alcalde del Rey o las Huellas Borradas; El deseo de ser piel roja o Código natural también eligieron este lugar con encanto para situar su trama. El último director de cine que se ha enamorado de este paraje ha sido Nacho G. Velilla que ha grabado en el pueblo de Tarilonte de la Peña varias secuencias de su última película Villaviciosa de al lado que se estrenará en las salas de cine de toda España.
ÁGUILAR, UNA VILLA ‘DE CINE
Desde este fin de semana Aguilar de Campoo y su comarca serán epicentro del séptimo arte con la celebración del 28º Festival Internacional de Cortometrajes. En esta ocasión la cineasta madrileña Gracia Querejeta recibirá el premio Águila de Oro en reconocimiento a su dilatada carrera profesional. Un homenaje que tendrá lugar mañana, coincidiendo con la gala de inauguración en el Cine Amor de la villa aguilarense.
Durante el certamen 29 obras competirán en sus distintas secciones. Doce de estos trabajos forman parte de la sección oficial, categoría en la que estarán presentes las últimas propuestas de cineastas tan destacados como Isabel Coixet, autora de filmes como ‘La Vida Sectreta de las palabras’, Juanjo Giménez, primer cinasta español en lograr la Palma de Oro en el Festival de Cannes al mejor cortometraje, o Álvaro Longoria, premio Goya a la mejor película documental en 2012.
Junto a las propuestas que compiten a la sección oficial, el Festival ha organizado talleres y sesiones especiales para el público infantil y juvenil con una programación dirigida a niños a partir de los 2 años.